2MIL3: Algo acerca de mí

¡Qué difícil resulta definirnos a nosotros mismos!; resulta que podemos describir perfectamente nuestro coche, pero si se trata de dar una idea de quiénes somos, la cosa cambia.

Debería empezar por lo elemental, madrileño adoptado de treintaitantos, estudiante de periodismo que trabaja en algo que no tiene nada que ver con sus sueños, felízmente hipotecado, padre desde 2015 de una de las niñas que más va a dar que hablar en el 2035, convive además una preciosa perrita adoptada (Niza) tras la muerte de Shima a los ocho años y medio.

Sobre aquello que realmente nos hace únicos, que me distingue del resto de seres humanos, intentaré resumirlo en un par de esbozos. No sé si ha sido por mi carácter o por que la vida es así, podría decir que me han caído una importante cantidad de lecciones de las que siempre he sabido extraer alguna lección, creo, y será por eso, o porque siempre fui un soñador, que aún tengo muchas cosas pendientes que aprender y que ofrecer.

Sí, soy un optimista, de ahí que aún mantenga la sonrisa aunque, cada vez con menos intensidad; es difícil quitármela aunque solo sea por un rato y quizás por ello tampoco es fácil tocarme la fibra (esto es mucho menos cierto conforme te acercas a los cuarenta), ese nervio que todos tenemos, y que algunos pretenden ocultar pero que nos hace ponernos en pie y decir “¡un momento, por ahí no paso!”.

Prefiero una crítica bien intencionada a una palmadita por compromiso, soy adicto a las emociones fuertes de la vida y a la quietud de la contemplación (es decir, adrenalina pero sin morfina), y si me preguntaran por algo digno que defender respondería sin dudar, a los niños, a los mayores y a mi familia, y ahora que veo cómo está el mundo, incluiría también a los necesitados, a los inmigrantes que huyen del horror y que tras cruzar el infierno se encuentran con un muro invisible, de alambre, cuchillas e indiferencia.

El mundo es tal y como lo vemos…¡y yo con estos ojos!